A veces se nos olvida que después de un parto la primera visita en el hospital es la de nuestro hijo. Acaba de salir al mundo, está aprendiendo a respirar, no tiene idea de nada. Es probablemente la adaptación más retadora de su vida y sucede cuando él está más vulnerable y sólo nos tiene a nosotras. Así que escribo lo que a mí me hubiera gustado que me dijeran para estar preparada para el día más importante de la vida de mi bebé.
En cuestión de ser mamá creo que es algo tan personal que no me atrevería a ser de las que “dan tips” o aceptan su verdad como universal. Siempre seran nociones y creencias personales dentro de una Constitución Política en el país con un los hijos como ciudadanos.
Sé también que podrían esperar algo más emotivo de mí en mi primer escrito como mamá. Sin embargo por lo que me levanto de la cama y dejo a Lucas dormir un rato en su cuna es por una necesidad de contar algo que, si bien no es tierno, sí es el motor por el que creo que vale la pena decirlo.
Cómo vivir mis días en el hospital y mi primer día en casa es a veces una cuestión cultural y tan típica entre nosotros que al vivirla del lado de ser mamá me pareció algo sumamente analizable. Y es que están en juego literal las primeras 72 horas de vida de Lucas.
No voy a escribir tratando de agradar a nadie, necesito decir las cosas tal y como las sentí y no a modo de consejo porque repito, si algo he aprendido en estos días aunque sean pocos, es que la cuestión de la maternidad es personal e íntima. Lo cuento a modo de experiencia, toma lo que te sirva.
Ya después hablaré del amor tan grande y tan genuino y tan de golpe que me tiene en un nivel de felicidad que no conocía. Tengo hasta más ganas de hablar de eso, pero una necesidad en mí me obliga a empezar por aquí. Y no, no necesito opiniones sobre lo que voy a decir, ni que piensen igual que yo o hagan lo que yo hice. Escribo esto en honor a una Lucía allá afuera que también es inexperta como yo lo soy y que tal vez, leyendo esto, pueda hacer una diferencia positiva en su parto.
MIS PRIMEROS DÍAS CON LUCAS.
Nunca me había pasado estar tan agradecida por algo que pasó y que pudo no haber pasado. Es una especie de arrepentimiento a la inversa. ¿Cuál será la palabra para el antónimo de arrepentimiento? No sé el caso es que no paso un segundo sin agradecer que las cosas se hayan dado como se dieron y no dejo de pensar en lo que pudo pasar si no hubiera sido así. Cada que alguien viene a visitarme a casa se lo digo y les digo “es que necesito escribirlo, me siento con la responsabilidad de contarlo a una mamá nueva y quedarme tranquila si al leerlo puede hacer algo al respecto”. Porque a mí me salieron bien las cosas, pero es un hecho que estaba echado a la suerte y no planeado que fuera así, y tan solo pensar que pude dejar al azar algo tan importante se me pone la piel chinita.
Después ahondaré en la belleza de parto que tuve. Digna de un escrito de únicamente eso. Ahora me centro en las primeras horas de mi Lucas. Mi hijo nació (es la primera vez que escribo “mi hijo” y se me puso agua en los ojos) nació a las 23:02 horas de la noche y no puedo pensar en una hora mejor para nacer. Me explico: debido a que ya era tarde no tuve oportunidad de que lo visitaran pronto (que uno como mamá tiene la ilusión de que lo vean) y de lo contrario, a las dos horas terminado el parto, lo tenía en mis brazos y una enfermera me pedía que le diera leche.
ACIERTO NÚMERO UNO. Dejé indicaciones específicas de no darle ABSOLUTAMENTE NADA en la boca a mi bebé hasta yo intentar darle leche. (No me había puesto ruda en nada respecto a Lucas, ni siquiera leí cosas ni fui a cursos, yo quería que las cosas fluyeran, pero en este punto fui muy radical y lo agradezco a mi yo del pasado.
La enfermera me explicó sumamente rápido y nada detallado (eran las dos de la mañana) y en cuanto ella me decía cómo se “prendía” el bebé en mi pezón, instintivamente Lucas ya estaba más prendido que nunca. Fue una cuestión de 5 minutos. (Nunca te compares, a ti te puede tomar 10 minutos o una hora si quieres). Lucas empezó a mamar.
Mi miedo era ¿qué está mamando si no me sale nada? Pasé el embarazo frotándome el pezón a ver si me salía algo y jamás vi nada y esa noche tampoco, es decir, si yo tuviera que apostar diría que no me salió ni un milímetro de calostro. Sin embargo le di, quince minutos de un lado, quince del otro y otra vez repetía la operación sabiendo que yo no sentía que estuviera comiendo nada. Desperté a Carlos y le dije “tengo miedo que mi bebé lleve horas sin comer”.
Llegó una enfermera y nos dijo “no te preocupes tú deja que se te pegue” y eso fue todo, pasé la noche sin saber si mi hijo estaba deshidratado y la verdad me dio mucho miedo, me sentí irresponsable y a la vez me daba pena levantar a medio hospital escandalizando que necesitaba una prueba científica de que mi niño estaba bien, y como fui muy exigente de que necesitaba que pasara la noche conmigo, pues sentí que la vida me decía “querías subirte a tu caballito ahora te paseas” y así pasé la noche sin decir nada. Pudo haber sido una tragedia y sin embargo las cosas me salieron bien.
A la mañana siguiente la enfermera que lo revisó dijo que estaba comiendo muy bien porque había hecho pipi, popo y tenía los labios hidratados. Al explicarme eso me quedé más tranquila pero seguía pensando “aquí hay algo raro porque estoy segura que no me salió ni madres”. Me apretaba mi boobie y no salía nada.
Así seguí durante el día y este punto lo dejo a medias porque entraré en otro tema. Las visitas. Llegaba la gente y a mí me daba gusto y hasta ganas de llorar que pudiéramos compartir este momento, me abrazaban y llorábamos y tuve la bendición gigantesca de que llegaron las personas necesarias, esas que “no son visita”. Yo para esto había tenido la expectativa de verme preciosa, maquillada, con mi pelo padrísimo… y estaba cara lavada, pelo enredado y sudado y sin dormir. Pero ese no es el punto. Estuve agradecida de las visitas y el amor que me brindaron durante el embarazo. Sin embargo, ahora que lo veo en retrospectiva tengo varios puntos a analizar respecto a las visitas. Varios panoramas que a mí no me sucedieron pero que me quedé pensando que son súper importantes de mencionar.
1.- Normalmente los niños están en los cuneros y si acaso llegan por episodios al cuarto, sin embargo, el mío al estar en el cuarto, estuvo de brazo en brazo, persona que llegaba sabía que tenían todo el tiempo del mundo y que a fuerza les tocaba abrazarlo porque yo estaba presumiendo que mi hijo no estaba en los cuneros porque yo era bien y ellos se sentían con el derecho de abrazarlo de más porque “yo estaba cansada porque no había dormido nada”. Pues por esa razón yo no me di cuenta – ahora que estoy en casa lo sé – que Lucas necesitaba estar prensado de mí para comer casi todo el día. Es decir, en su primer día de vida le di de comer un 40% del 100% de comida que necesita. Pienso eso y me duele el corazón. No lloraba porque estaba de mano en mano y lo mecían y lo abrazaban, pero la realidad es que ese día y al día siguiente no hizo popo e hizo súper poquito pipi porque no había comido nada EN EL DÍA MÁS IMPORTANTE DE SU VIDA.
¿A qué voy con esto? Son cosas que mi Lucía del pasado inocentemente no sabía. No piensas que te vas a “enfrentar” a este tipo de cosas en un día donde solo estas rodeada de personas que quieren darte amor como lo han hecho siempre y en una atmósfera donde todos quieren lo mejor para ti, por esa razón te permites pensar “no estoy haciendo nada malo”. Y sin embargo la estaba cagando. Puedo decir que “no pasó nada” pero la verdad es que sí debió de haber pasado que yo tuviera más intimidad con mi bebé durante todo ese día y haberle dado de comer correctamente y sobre todo conectarme con la lactancia ¡No mames! ¡Es su primer día! Y sabiendo esto le decía a Carlos:
Mi amor, bendigo tanto la hora en la que nació Lucas porque si no hubiera tenido toda la noche para él, no hubiera podido tener esa intimidad tan necesaria, tan básica, tan mandatoria que a veces por estar entre la emoción de la noticia y la gente, damos por sentado.
MI BEBÉ NECESITA DE MÍ LAS PRIMERAS HORAS DE VIDA Y DOY GRACIAS A DIOS DE HABERLO PODIDO TENER DURANTE LA NOCHE, SIN EMBARGO, AHORA QUE VEO LAS COSAS EN RETROSPECTIVA, CREO QUE NO PASA NADA Y GANAMOS MUCHO SI COMO SOCIEDAD CAMBIAMOS LA CULTURA DE CONOCER AL BEBÉ DESPUÉS DE UNOS DÍAS Y COMPARTIR LA EMOCIÓN YA QUE TUVIMOS ESA INTIMIDAD CON NUESTRO HIJO. ES DECIR, DEJARNOS DE SENTIMENTALISMOS Y ATENDER A UNA PERSONA QUE ACABA DE LLEGAR AL MUNDO EN VEZ DE ATENDER VISITAS.
No quiero que las personas que fueron me lo tomen a mal, no es personal, pero sí es algo que como tradición pensé que tal vez debería cambiar. Tal vez, si no tienes visitas y estás con el papá de tu hijo, tienes concentración al cien para poder atender al bebé, preguntar dudas en el hospital, aprender a darle de comer, verlo respirar y demás cosas de importancia vital.
Es por eso que agradezco que digo que dejé a la suerte algo tan importante pero la suerte estuvo de mi lado cuando nació de noche. No dejo de asombrarme y pensar en lo que pudo haber pasado si hubiera nacido a las doce de la tarde. Por el amor que me tiene la gente hubiera estado ahí desde las mismas doce. ¿A qué hora lo hubiera abrazado y conocido en la intimidad? Me habría perdido de ese momento tan esperado (porque vaya que espera uno por verlo) y se habría convertido en un momento universal, cuando perdón, nadie estuvo vomitando, esperando, cuidándose, rodando, con acidez, nueve meses más que yo. Y me suena al colmo que esperas con ilusión más de nueve meses para que cuando llegue no puedas tenerlo para ti y tu pareja solos el primer día porque por compromiso cultural, la gente tiene que llegar.
Esta idea es lo que me tiene ahora despierta, la ansiedad de transmitirles lo que habría perdido si mi hijo no hubiera nacido de noche y lo que tú puedes tomar de mi experiencia para hacer algo al respecto.
En mi punto de vista necesitas conocer primero tú y tu esposo a tu bebé antes que nadie más. Y por conocerlo no me refiero a la pinche foto felices y al poquito tiempo que puedes tenerlo mientras estás en el parto. Conocerlo es memorizarte su cara mientras buscas darle calor, lloras con tu esposo sin nadie a tu alrededor y le hablas a tu hijo. Y lo más importante, te aprendes a pegar de él para darle de comer porque acaba de nacer y ahora sí está sin ningún servicio automático. Y con esto vuelvo al tema de la lactancia.
No me tocó de esta forma, sino que – repito – tuve toda la noche pero de no haber sido así ¿Cómo voy a aprender a pegármelo para que coma? La escena habría sido sacar a las visitas diez minutos porque vino la de lactancia, me lo dice rápido, ve que pega o no pega, veo que no me está saliendo nada, me desespero por tener las visitas afuera, entra alguien porque no sabía que no se podía, les digo “ya voy” me tengo que apurar y priorizo que mejor ya se vaya la enfermera, lo intente rápido o peor aún, me rindo y pido fórmula y me quedo sin realizar una misión que me hacía tanta ilusión a modo personal y que creo de básica importancia para el bebé.
Me pongo a pensar en eso y me horrorizo de que alguien pase por una situación así. Platiqué con algunas de las visitas y mis amigas y algunas me admitieron que:
1.- A mí jamás me dejaron quedármelo, no me preguntaron y se lo llevaban.
2.- Yo ni me memoricé su cara porque lo vi super poquito.
3.- Yo preferí descansar (súper válido, repito mil veces, ser mamá es una cuestión personal).
4.- A mí me dio pena porque estaba mi suegra y mil gente y la misma enfermera me dijo “para que ya esté con las visitas si quiere me lo llevo y le doy biberón”. Literal esa última confesión yo afiancé mi idea sobre: ¡TENGO QUE ESCRIBIR ALGO SOBRE ESTO!
Cada quién sabe como llevar las cosas lo que sí es que quiero que tengas una ventana y sepas que hay una opción y que – a diferencia de mí – NO DEJES ALGO TAN IMPORTANTE A LA SUERTE. Que vaya que la tuve.
NO PUEDO DEJAR A LOS DADOS MI LACTANCIA. NO PUEDO PENSAR QUE NO TENGO EL TIEMPO DE HACERLO CON CALMA PORQUE HAY MÁS GENTE, NO PUEDO RENDIRME A LA PRIMERA PORQUE “AH PUES NO ME SALIÓ LECHE”, PUEDO ASEGURARLES QUE DE TENER EL TIEMPO, LA CALMA Y LA ATMÓSFERA DE PACIENCIA, MUCHAS MUJERES QUE TENÍAN ILUSIÓN DE DAR LECHE Y “NO LE BAJÓ” LO HABRÍAN LOGRADO.
Me pongo a pensar si Lucas hubiera nacido de día y le digo a Carlos “mi bebé habría estado de brazo en brazo que ni chance de hacer un contacto con él habría tenido y creo que después de eso intentar darle leche puede ser más retador que si de primera instancia paso un par de horas con él en mi pecho y su oreja oyendo mi corazón en un ambiente de calma donde no hay voces, tumulto, luz y argüende…”.
CREO QUE, PARA QUE OCURRIERA ESE MOMENTO TAN MÁGICO QUE TUVE CON LUCAS, DIOS ME AYUDÓ A QUE, REPITO, FUERA DE NOCHE. PORQUE YO EN MI IGNORANCIA HABRÍA TENIDO UN DÍA COMO EL DE MUCHAS MAMÁS PRIMERIZAS: LLENO DE AMOR, DETALLES, GALLETAS, GLOBOS, FLORES, ABRAZOS, LÁGRIMAS… APARENTEMENTE UN DÍA MUY EXITOSO E INOLVIDABLE. ES MÁS HASTA PODRÍA PENSAR “QUE BUENO QUE YA VINO MUCHA GENTE PARA NO TENER QUE RECIBIR A TANTA GENTE EN LA CASA CUANDO ESTÉ OCUPADA CON LUCAS, QUÉ BUENO QUE DE UNA VEZ VIENEN TODOS DE JALÓN”.
Esta parece una afirmación noble, práctica, que viene de una Lucía del pasado que, a modo personal, me hubiera gustado haber leído algo así para tener el panorama diferente y tomar acción antes de que nazca mi bebé. Y hablando de lo de “Que bueno que todos vienen de jalón” está práctico lo sé, pero saludablemente el mismo pediatra cuando sales del hospital te dice “que tu hijo de preferencia no salga y que no esté con mucha gente porque ni está vacunado y hay muchos virus, bla bla…”. Y si eso te aconseja cuando sales del hospital, porque chingados lo exponemos a más de veinte personas en un día… y no cualquier día… EN EL PRIMER DÍA DE SU VIDA. Vuelvo a insistir en que sueno exagerada pero en lo que se trate de mi hijo prefiero ser así.
Cuento con la bendición de que Lucas, mis pezones y yo estamos ya adaptados, me han salido callos y a veces cuando se prensa me duele al principio pero voy bien y no pienso detenerme. He leído sobre el calostro y la importancia que tiene junto con la leche materna y lloro de felicidad de haber tenido esta oportunidad. Porque en mi mente estaban varias cosas como: Voy para parto natural pero si al final se necesita cesárea no me traumo. Y también decía: voy con la idea de lactar pero – como consejo de mis amigas – si no me baja la leche tampoco debo de traumarme. Aunque, les soy sincera, en este segundo punto sí estaba más intransigente. Prefería una cesárea a que no me bajara la leche.
Hoy vino una hermana mía por la tarde. Me preguntó si ya me bajó la leche. Le dije que sí que le estaba dando a Lucas pura leche y me explicó que cuando se termina el calostro tarda a veces en bajar la leche (dicho mejor “le tardó a ella” porque cada mamá es diferente) y no pudo darle leche a su hijo una tarde y se la pasó llorando el bebé y ella se desesperó hasta que su pediatra le dijo que se pusiera unas toallas calientes en su pecho y se metiera a bañar con vapor y me dijo mi hermana que fue entonces cuando ahora sí, la leche salió por montón. Porque yo, aunque ya me piqué y vi una gotita naranja de calostro, sigo insistiendo en que no sé qué esta chupando mi nene hermoso. Pero vaya, ahora sí hace popo seguido y pienso “es que como ahora sí tengo el tiempo y la intimidad, pues lo alimento mejor que los primeros dos días que no tuve idea de nada”. Y por eso fue que, mientas escribo esto, tenía un trapo caliente en mi pecho para adelantarme a la situación. Paso esto al costo, nada es un consejo médico, científico probado por la NASA, es mi instinto y mi manera de hacer las cosas y ese es el siguiente punto a tratar:
EL DÍA DEL HOSPITAL PARECE UNA LLUVIA DE CONSEJOS QUE RECIBÍA MIENTRAS DESVELADA Y EMOCIONADA, INTENTABA SONREÍR CON MI CARA SIN MAQUILLAJE Y SIN DARME CUENTA QUE NECESITABA ESTAR CON MI BEBÉ.
Ojo, como dije al principio, no escribo esto para agradar a nadie ni tampoco creo que mi caso fue grave, la gente me daba consejos desde su corazón y su experiencia de madre y muchos consejos los necesitaba, es solo que, es un día de tantas emociones que no eres tan receptiva o que al contrario, por ignorante, escuchaba con miedo, porque eso sí, cuando nace tu bebé te nacen miedos también porque a diferencia de tu panza que lo tenía con trato VIP, necesitas aprender a cuidarlo y hay veces que todo mundo se siente un experto. Como hasta tal vez yo te pueda sonar escribiendo esto, una arrogante niña que hace dos días no sabía nada de maternidad y ahora se cree que va a dar cátedras de cómo cuidar a un bebé. Pero esto que te escribo lo hago con la misma intención que las demás personas: que tomes lo que te sirva, que ojalá te sea útil. Es solo que ese día, y espero nadie me lo tome a mal, prefería gastar mis horas pecho a pecho con Lucas que escuchar consejos aunque sean de las persona que más quiero. ¡Aunque fueran consejos de Dios! Para eso estuve nueve meses embarazada y pude escuchar, pero ese día NEL.
Y ME PASÓ QUE COMO APARENTEMENTE TODO MUNDO VIVE SU PRIMER DÍA EN EL HOSPITAL ASÍ, PUES LO TOMÉ COMO NORMAL Y HASTA PIENSAS QUE ESTÁS TENIENDO UN DÍA EXITOSO PORQUE TODO MUNDO ESTÁ SUBIENDO A TU BEBÉ EN REDES SOCIALES. PERO PENSÁNDOLO BIEN, HA SIDO MÁS VISTO EN REDES QUE POR TI MISMA PORQUE ESTÁS ATENDIENDO A LA VISITA QUE LLEGA. ASÍ QUE ES SUBJETIVO LLAMARLE UN DÍA EXITOSO.
PARA LLAMARLE ÉXITO A UN PROYECTO TIENES QUE PRIMERO FIJAR TU OBJETIVO. SI MI OBJETIVO ES SER POPULAR Y TENER UN DÍA DE VISITAS LLENO PORQUE SOY UNA PINCHE BLOGGER CHINGONA Y TODO MUNDO ME AMA, PUES LO LOGRÉ. PERO SI MI OBJETIVO ES DISFRUTAR EL PRIMER DÍA CON MI BEBÉ Y QUE COMA BIEN, LA ESTABA SÚPER CAGANDO.
Así que mi consejo es que fijes los objetivos con tu pareja, si para lograrlo necesitas avisar que nació tu bebé un día después y publicar todo en redes un día después, pues háganlo. Si para lograr tu objetivo necesitas decir que no quieres tanta visita pues hazlo. Yo me la pasaba más preocupada por contestar los whatsaps de la gente y que se sienta parte de mi parto que de estar viendo si Lucas estaba comiendo bien. Si mi Lucía del pasado hubiera leído esto, sí habría hecho las cosas diferente. Apago mi celular, no pierdo tiempo en escoger en qué foto Lucas sale más guapo para que digan que tengo el bebé más hermoso del mundo, pongo música en mi celular de relajación y estaría en el cuarto un par de horas solo con Carlos que amo más desde que lo conozco como padre y esta es la segunda vez que se me pone agua en los ojos desde que escribo porque sí, la manera en la que ves a tu pareja como papá es otro nacimiento a un personaje nuevo y no querrás perdértelo. Ahorita vengo Lucas me necesita no tardo. Ya vine, dice Carlos “déjame mejor yo lo saco de la cuna” con cara de súplica. Lo amo.
Y bien, la interrupción de Carlos es muy oportuna para este punto porque cierro con una siguiente observación que me gustaría que mi Lucía del pasado hubiera puesto más en claro pero en su ignorancia y emoción no hizo: HABLAR CON MI PAREJA SOBRE CÓMO QUEREMOS QUE SEA NUESTROS DÍAS DE HOSPITAL.
Es exageradamente impresionante cómo en tres días Carlos y yo nos convertimos en un equipo afianzado. De hecho, algo que era un área de oportunidad para nosotros (porque muchas veces – como a los dos nos gusta ser buenos anfitriones – priorizamos a la visita antes que a nuestra relación). Con cosas como si viene visita a la casa de fuera, les ofrecemos nuestra cama y nosotros nos vamos al sofá cama, cosas así que la verdad hoy no haría. En mi vida la pareja es primero y quedar bien o dar amor a los demás viene después. Pero luego como soy muy sociable y me gusta agradar o a él también perdemos algo sumamente importante: EL HECHO DE NOSOTROS VAMOS PRIMERO.
En mi experiencia, en cuestión de un nacimiento todo mundo se piensa hasta con cierto derecho sobre el niño. “Soy el abuelo o la abuela por lo tanto tengo voz y voto” “soy la tía por lo tanto tengo que…”. Repito, todo es bien intencionado, pero también repito, no escribo esto para agradar a nadie.
Y seguro va a ser un reto para mí hacer entender que aquí el único título que cuenta como autoridad sobre el niño son los papás. PUNTO FINAL. Y no sé si tenga que tomarme energía o requerirme de algunas batallas pero este punto no está en mesa de discusión.
Sin embargo, llega el niño y como yo soy inexperta, las personas creen que tienen aún más poder sobre mí pero yo les digo. EN MI INEXPERIENCIA NO RECAE PERDER MI PODER SOBRE EL NIÑO, YO TENGO LA PATRIA POTESTAD PORQUE – COMO LO DICE UN DICHO POPULAR – SOY SU MADRE.
El hecho de que no sepa nada sobre tener un hijo no le da derecho a los demás a decidir sobre el mismo. Que si las vacunas, que si no le cambies el pañal así, que si mejor hazlo de esta manera son cosas en las que sí me vi como reto dentro de los dos días donde, al ser tan familiares, no tenía control sobre mi hijo. “No lo cargues así” me dijo una enfermera y saben algo LO QUIERO CARGAR ASÍ COÑO. Entre esto y una lluvia de situaciones que parece que pasan en cámara rápida en un día donde parece que fueron más de 24 horas y que todo mundo tuvo chance de opinar sobre la vida de tu hijo, su educación y hasta tus finanzas.
Aquí yo tenía que haberme jugado dos cartas valiosas que poseo pero a veces se me olvida: PONER LÍMITES Y HABLARLO CON MI PAREJA. A veces uno, por ser prudente, no es contestona o respetas a la familia política (Carlos a la mía yo a la suya) pero a veces les digo también que EL PECADO RADICA PRECISAMENTE EN LA PRUDENCIA. A veces hay que sacar poquito las garras para recordar los objetivos y en base a ellos actuar. Y má sen un tema tan importante y tan personal como la maternidad.
Por eso es básico hablarlo con la pareja, yo lo hice hasta que regresamos del hospital. Me solté llorando (estoy hormonal lo acepto) pero también me solté llorando porque traía un sentimiento retenido de querer decir lo que pienso y haberme callado con varios comentarios. Lo platicamos durante casi dos horas ¿verdad Carlos? Le dije cómo me sentía, él me dijo cómo se sentía y llegamos al acuerdo de que independientemente si era alguien de mi familia o de la suya HABIENDO FIJADO LOS OBJETIVOS, QUIEN QUIERA METERSE CON ELLOS RECIBIRÁ UN ALTO MÍO O DE ÉL.
Por eso me son tan importantes los objetivos. Si no se platican, un momento tan importante y tan crucial en la vida de tu hijo se puede arruinar. Sueno radical pero al ser madre se me ha desarrollado un sentido intransigente, impositivo y no negociable en el tema de lo que respecte a Lucas mi amor. Y sí esta es la tercera vez que se me pone agua en los ojos.
Y bueno creo que con esto lo he dicho básicamente todo. Les repito, no me pasó un escándalo en el hospital, de hecho hasta parte de este escrito lo platiqué con las visitas que vinieron que la verdad aquí entre nos, no fueron muchas… creo que como no le contestaba el celular a la gente no venía. Pero como tip de la Lucía del pasado, no habría mencionado a tanta gente antes de que naciera Lucas, el hospital que había elegido. Y como una amiga me platicó que una amiga suya hizo: probablemente no veo tan descabellado avisar que nació mi bebé uno o hasta dos días después y vivir este hermoso momento en silencio con el papá de mi hijo.
Pero uno se emociona y uno es compartida y hasta crees que se lo debes a las redes sociales por todo el tiempo que te han acompañado en tu embarazo (que en este punto tengo todo el mundo que agradecerles porque me sentí tan querida que solo tengo cosas bonitas que decir. En el mundo de las redes creo que haberme expuesto no me trajo nada negativo en lo que respecta a mi embarazo o a Lucas… solo pendejadas como que subo una foto de Lucas y me mandan un mensaje de “vas a decir que que metiche pero trae el pañal mal puesto” a lo que contesté “sí, sí eres metiche”. En cuestión redes no tengo queja y sin embargo tengo millones de cosas que agradecer y gente prudente llena de buenas intenciones así que probablemente seguiré compartiendo mi vida como mamá de una manera profunda. Y de hecho por todas las mamás con las que he estado en contacto en redes durante nuestros embarazos, por cada una (ustedes saben quienes son ) es que necesitaba escribir esto, porque ustedes también tienen una “(inserte su nombre) del pasado” a quien tal vez le sirva esto para que la “ustedes” del futuro se los agradezca.
Como conclusión quiero decir que SI NECESITAN ROMPER UN PATRÓN CULTURAL COMO LO ES LA MANERA EN LA QUE TRAEN LOS BEBÉS AL MUNDO Y COMO TE LOS PRESTAN EN LOS HOSPITALES Y LA MANERA EN LA QUE SE VIVE LA TRADICIÓN DE LAS VISITAS EL DÍA QUE NACE, TODO ESTO EN PRO DE LOS OBJETIVOS QUE TIENEN COMO PAREJA PARA SU BEBÉ ¡A LA CHINGADA HÁGANLO!
¡HE DICHO! Hasta aquí mi reporte Joaquín… mic drop… los amo.
7 comentarios
#QueridaLucia
Me encanta que alguien vea positivo ese pequeño egoísmo hacia nuestros bebés. Yo con mis dos hijas me gané muchas malas caras pero no avise que había nacido hasta la noche anterior de irme a casa las tuve los dos primeros días solo para mi y fue lo mejor del mundo
#QueridaLucia
Puras verdades! Yo tambien quería estar sola con mi bebe y me estresaba que todo mundo lo cargaba menos yo!! Los primeros dias son para los papás nada más! Que Dios bendiga su inocencia!.
#QueridaLucia
Gracias! por favor no dejes de escribir estas experiencias, por favor sigue siendo así de sincera con estos temas de la maternidad, es importante empezar a normalizar la realidad y no simplemente idealizar estos momentos, que si bien son únicos y hermosos hay cosas que deben decirse y debe ser así con absoluta sinceridad, me encanta tu despertar como madre, me encanta que redescubras tu amor hacia Carlos, me encanta que Lucas te haga feliz e indudablemente ¡más sabia mujer!
Y al día siguiente fueron algunas visitas pero tenían que pasar de dos en dos por regla del hospital. Seguro hubo personas molestas que decidieron mejor no visitar, pero las personas importantes para nosotros ahí estuvieron y entendieron perfecto nuestra decisión. Y de lo qte pasó a ti seguro Lucas la pasó genial recibiendo tanto amor de todos y como mamás es difícil estar al tiro c/tantas cosas pero haces un gran trabajo y cada ves tu instinto te irá diciendo más claro lo qtu hijo necesita :*
Felicidades Lucía por el nacimiento de Lucas. Y felicidades a ti por convertirte en mamá. Bienvenida al Club más bonito del mundo.
Qué padre tu escrito. Ojalá que muchas de las personas que lo lean agarren la onda. Te platico que nosotros decidimos que el día que naciera Inés solo queríamos ahí a nuestros papás y hermanos. Les hablamos unas horas después de que nació. Así que los primeros momentos estuvo con nosotros. La disfrutamos muchísimo.
GRACIAS GRACIAS GRACIAS!! A mi me tocó llorar cada vez que alguien llegaba a ver a mi pequeño Elías, los primeros días son rudos, toda la familia me conoció los pechos, si se me concede ser mamá de nuevo seguro pondré limites. Muchas bendiciones para Ustedes, mi esposo diario preguntaba si ya había nacido el cosito guapo, hoy llegaré y leeré con el tu post, desde que nació Elias todo es aprender para nostros. Besos
#QueridaLucia
GRACIAS GRACIAS GRACIAS!!
Ten por seguro que romperé el patrón cultural en mi próximo bebe, con mi pequeño Elias lloraba cada vez que llegaba alguien, toda la familia y amigos me conocieron los pechos,me hubiera encantado poner limites, pero pues si nadie habla de esto. Ojala se me conceda en un futuro hacerlo y hacerlo bien. Bendiciones para Lucas!!! (mi esposo todos los días me preguntaba si ya habia nacido la cosita guapa)