Un escrito para las mamás… y para los hijos.
Nunca pensé que escribir sobre el día de las madres sería tan difícil si todo el tiempo pienso en ella. Y decepcionante fue tener que hacer párrafos y borrarlos durante toda la semana.
La relación entre mi mamá y yo desde hace quince años ha sido la interpretación de sus enseñanzas de cuando estaba pequeña, fue lo que me dejó antes de irse y para mí son una alberca de pelotas de colores donde me sumerjo cuando me siento triste, alegre, decepcionada, aterrada o sola.
Y es que el amor no se olvida y menos el de una mamá, que se mete en las venas y circula todos los días como el tráfico de López Mateos. Es sólo que como ya no está, comencé a verlo de tantas formas tan distintas.
“Por el amor de Dios no pongas frases de mamás” Me dijo Belén Zapata, reportera de CNN que por cierto está a dos escritorios de mí. Era mi carta fuerte y me sentí mal por haber caído en escribir algo tan ordinario. Pero pasando por todas las ideas creativas volví a la misma, porque de lo que más recuerdo de ella son sus frases tan repetitivas, que fueron adquiriendo un significado tan diferente al pasar de los años, hasta el punto de convertirse en parte de mí, así como yo soy también parte de ella.
Por ejemplo, nunca me dejaba prender la tele antes de darle gracias a Dios por haber amanecido. ¡Como odiaba eso! ¿Qué más le daba? “Lo hace por fregar” pensaba. Amanecemos todos los días, pero ¿qué hay con la hora de las catapixias?
Que risa, ahora lo entiendo todo, lo que ella quiso decir era que no empecemos el día sin agradecer, sin reconocer nuestra fragilidad y nunca perder la capacidad de asombro de despertar con vida. De amanecer. ¡Qué bonito es amanecer y no nos damos cuenta!
Lucía, no hables con la boca llena, decía, y yo creí que se refería al bolo alimenticio cuando significaba que pensara las cosas antes de decirlas, que masticara las ideas, porque las palabras están llenas de consecuencias, son poderosas y pueden cambiar el curso de la vida. Lo que me estaba diciendo es: no pronuncies algo antes de ordenarlo en la mente. Si lo sabré hoy, que me gano la vida por escribir palabras.
Y cuando se refería a ¡Ahorita es ahorita! Quería gritarme que la vida se vive una vez ¡levántate! No dejes que el tiempo pase por encima de ti. ¡Hazlo! ¡Atrévete! Ve y cómete la vida como nieve de limón.
Y la típica ¡No salgas hasta que arregles tu cuarto! Significaba ¡Juega limpio! Acomoda tu vida antes de enfrentarte a ella, así verás más claro, créeme… y cuando decía come bien para que crezcas sana y fuerte quería decirme que primero lo primero: el amor propio, alimentarme y también al alma, de amigos que te hagan crecer como persona, y alejarme de la comida chatarra que sólo da placeres momentáneos, júntate con quien te haga ser mejor. Y ¡Cuídate mucho! Era para decir que eres responsable de ti misma… allá afuera hay tantas cosas a las que vas a enfrentarte y aunque a veces lo quiera, no puedes estar todo el tiempo bajo mi sombra como cuando eras una bebé. Ya eres grande, así que confío en ti, pero cuídate.
¡Mira nada más como vienes! Era para decirme que que bueno que regresaba pero, así no fue como me dejó. Lo que estaba tratando de decirme es no des pasos hacia atrás, toma una pausa, analiza tus faltas y continúa tu camino…
“¡Te dije cilantro!” aprende el gran valor de escuchar, te ahorrará incalculables discusiones, te abrirá puertas de par en par y te hará cultivarte de los demás. Y recuerda ¡Aquí no es restaurante! Tienes que ponerte en el lugar de los demás, a practicar el valor de la empatía y de ver por el otro, de agradecer lo que hacen los otros por ti. Además ¿Cuántos niños no estarán deseando ese plato de comida y tú rechazándolo? Porque la vida te ha brindado grandes oportunidades y tienes la responsabilidad de ver por el mundo, por ellos, por aquellos que tienen diferentes bendiciones.
Cuando me decía ¿Pues dónde andabas? Quería decirme que una madre siempre va a estar buscándote, estés donde estés, va a estar contigo… eres parte de mí y sé lo que sientes, sé lo que piensas, a mí no me puedes engañar, conozco tus sentimientos y por más que huyas, voy a ir por ti.
Pero la frase más hermosa de todas y a veces es la que menos queremos escuchar es… “Te lo dije”, porque quiere decir, ya hablé todo lo que pude hablarte, te dije todo lo que pude decirte, te amé todo lo que pude amarte y te enseñé todo lo que pude enseñarte, ahora sal y vive tu vida ¡que es hermosa! Y si necesitas que te lo diga más veces escucha tu corazón porque si hay alguien que ha estado contigo desde su primer latido fui yo. Y en el último mío, tú. Pero sigo aquí y eso te lo repetiré cuantas veces quieras. ¡Nada de que nos olvidamos una de la otra ni que ocho cuartos!
Una mamá nunca dejará de serlo, encontrará la forma de regañarnos donde estemos, de hacernos sentir queridos donde estemos, la recordaremos si un día nos toca educar a nuestros hijos, no en vano es lo más sagrado que tenemos, no en vano es imposible que las olvidemos. Porque aquí y en China es el amor más incondicional que he conocido. Por eso puedo decirle a todas las mamás que se sacaron un diez y no sólo en mayo.
¡FELICIDADES MAMÁS!
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#QueridaLucia lloré! Por mi mamá y porque soy mamá. Amo como escribes!