¿De qué estoy hecha? Me pregunté. Me había derrumbado y sólo quedaba yo. Así que esa pregunta tuvo que llegar a todos mis sentidos. ¿De qué estoy hecha? Seguida de ¿Quién soy? ¿Qué tengo? ¿Qué necesito tener? ¿Qué se me fue que ya no tiene que estar? ¿Por qué me pasó esto o aquello?
Derrotada y sin respuestas permanecí con el silencio como un personaje aledaño a mí. ¿Estaba sola o me sentía sola? De cualquier forma la soledad no se marchaba y la ansiedad salió corriendo por mis venas preocupándome por todo y por nada.
Abatida temblé. Mi miedo era tan grande que oprimía el llanto y el dolor fue la consecuencia de esa opresión. Me paralicé. Y así no podía resolver nada pero ni siquiera entendía qué problema tenía que solucionar o tal vez no me tocaba mas que aceptar que no había solución alguna. Como si mi única salida fuera aceptar lo que fui y lo que no fui, lo que soy y lo que no soy, lo que podré ser y… y ahí me callo, porque aún en esta niebla creo que puedo llegar a ser lo que quiera incluso en estas circunstancias o tal vez gracias a ellas.
¿A quién recurro? ¿Qué carajos estoy sintiendo? ¿Qué me pasa? ¿Es normal? Miraba a mi alrededor y no encontraba nada ni nadie que me regalara esa comprensión que no podía darme a mí misma.
Dios ¿Qué hice conmigo? El dolor aumentaba y al no saberlo entender se convertía en sufrimiento.
Intenté engañar a mi mente haciéndole creer que no pensaba pero todo el tiempo lo hacía. Estaba preocupada por mí. ¿Hace cuánto que no me detenía a hacerlo? ¿Hay culpa en todo esto? La culpa no me va a ayudar. Y atrapada en este enredo comencé por el principio aunque tampoco estoy segura que eso es el principio. Pero aquí voy.
Fueron amables conmigo. Cosa que me puso nerviosa. Con mis resultados en sus manos me miraban a los ojos haciéndome preguntas sobre mis cuidados personales, sobre mi salud mental y algunos acontecimientos en mi vida que solté sin que lo preguntaran y luego me arrepentí.
No recuerdo la cara del doctor ni de su ayudanta. No podría reconocerlos en la calle. Pero sí reconozco que trataron con la mayor delicadeza posible el anuncio que desde hace días me rehusaba escuchar. Esa palabra que aún me cuesta pronunciar, pero que retumba desde hace tiempo en mi cuerpo.
Siempre, siempre haciéndome la fuerte desde que tengo uso de razón. Tomando el papel de cuidadora de todos aunque mi estatura no llegara ni a un metro. Mi mamá siempre me preocupó no sé por qué de modo especial. Dios, mi espalda me duele mientras escribo, pero no puedo dormir aunque esté atrozmente cansada.
Cansada, enojada, atrapada, con leves momentos de felicidad que exploto al máximo para que compensen todo esto. Lo logro, la vida me sigue sabiendo a helado de garrafa de nuez. Sin cono, no soy fan de los conos.
Dispersa sobre lo que me decían interrumpí a ambos y les pregunté algo que no se esperaban, con una rodilla temblando y mi voz también les dije «Rodeos no por favor, díganme si es Fibromialgia». Y la respuesta me la dieron cuando comenzaron a verse en complicidad sin esperar que el diagnóstico iba a salir primero de mi boca que de la suya. «Lo busqué en internet el fin de semana» Les dije.
¿Entonces entiendes lo que es?
Tengo algunas nociones, sí.
¿Tienes dudas?
Sólo una pregunta – Dije firmemente sin querer escuchar la respuesta y la hice como quien se avienta rápido al agua para sentirla menos fría. – ¿Es progresiva?
El doctor me explicó que el estrés detonaba el dolor y que tenía que aprender a llevar una vida emocionalmente tranquila y estable y aprender a controlar mis sentimientos. En pocas palabras y tal vez malamente entendí que no podía ser libre. Pero no estaba preocupada por el dolor – aunque debí estarlo – Mi pregunta iba dirigida hacia mi miedo más grande: La pérdida de memoria.
¿Es verdad que voy a perder mi memoria poco a poco?
No – Contestó enseguida. – Son sólo pequeños lapsos de pérdida de memoria durante el día pero no vas a olvidar nada.
No quiero olvidar nada. Y ahí entendí que una de mis posesiones más preciadas era todo el camino que llevaba recorrido, las risas en el jardín, las noches cuando mi mamá me contaba cuentos antes de dormir, mis viajes, vivir en Nueva York, recorrer las calles de Madrid, París, Londres, Edimburgo y mi viaje a Asia del cual había vuelto hacía poco. No quería olvidar letras de canciones, cuando aprendí a andar en bici, no quería y no quiero perder nada de lo que está atrás de mí y me sostiene aquí. Y encontré en la valía de mi pasado la valiente manera de sobrellevar ese presente que sigue presente.
Salí de ahí en estado de shock, lo supe por los cuatro tacos de lechón que me ensarté en menos de cinco minutos. Según yo pretendía tener un día normal así que al no prohibirme el ejercicio me fui a boxear. Vaya si le pegué al costal. Golpee todo lo que pude pero estaba desconectada, inconsciente aún de la noticia.
Se me ocurrió pedir una segunda opinión y encontré un centro de Fibromialgia no lejos de mi casa.
¿Te duele aquí? – Me decía el joven doctor y en todos los puntos que me tocaba le dije que sí hasta que lo interrumpí diciéndole: ¿Sabes qué doc? Me duele incluso aunque no me toques. Obtuve el mismo veredicto. No me quedó mas que seguir con mi agenda y fui a una sesión de fotos. Cuando desperté estaba en el hospital. Otra vez me había desmayado, no me preocupé, me pasaba tan seguido que era un ritual en mí.
Al día siguiente me hicieron exámenes del corazón. Flor mi hermana estaba conmigo y cuando me llevaron a observación despedirnos aunque sea por unos minutos nos fue difícil, ella alguna vez estuvo a punto de morir, mi mamá murió y no nos gustan los hospitales como a toda la gente, excepto cuando nacen los bebés. No lo admitimos pero las dos lloramos según esto sin darnos cuenta mientras tuve que dejar de tomar su mano porque los enfermeros ya rodaban la camilla.
El doctor era un chiste andando, me tranquilicé, hablamos de cualquier cosa menos de mi corazón y la enfermera se reía de sus chistes. Ha de ser divertido trabajar con él, me trató como una princesa, con esa empatía que no encontraba en ningún lado y frente a mí el monitor me reveló que una arteria estaba bailando diferente a otra.
¿La ves? – Me dijo aquel canoso lleno de alegría.
Sí…
Ahí estaba la otra noticia, no estaba en el hospital por la enfermedad que acababa de descubrir, tenía una arteria que bailaba con un ritmo diferente. Otro tratamiento, otra noticia que me hacía sentirme más sola. Y aunque pensaba ¿Y ahora qué voy a hacer? También pensé que si había pasado tiempo con esas dos enfermedades y había sido feliz no había por qué no serlo ahora que no era ignorante ante ellas.
Mi hermana y yo dormimos hasta las cinco de la mañana platicando de recuerdos que sólo vives en una familia de diez hermanos, ahí pasé tres días y el jueves regresé al trabajo. Intenté no verme tan débil como me sentía pero mis fuerzas me duraron hasta que mi jefa me mandó llamar a un cuarto donde estaba una mujer para mí desconocida.
¿Sabes quién soy? – Me dijo como si fuera alguna tía perdida que yo no reconocía y debía.
No.
Soy Vicky, de recursos humanos y me temo que te tengo malas noticias.
En cuanto escuché sus palabras entendí que todavía se podía estar peor, que estaba perdiendo mi trabajo y mi seguro médico del cual iba a depender los siguientes meses, o años. Entré en pánico, por un momento pensé que iban a hablarle a la ambulancia porque no tenía respiración pero el llanto me ayudó a ponerme de nuevo en orden aunque repito, no entendía nada.Pero no era algo personal, se cerraba Quién Jalisco, pero Vicky, al igual que las otras personas, habían sido empáticas conmigo y terminé abrazándola y casi queriéndola.
Llamé a Flor. Llegó por mí y los jueves siempre comemos en la casa así que me llevó y me sentó en el sillón de tres.
La angustia fue subiendo junto con mi presión y le pedí a mi papá a gritos que le hablara al doctor. Mis manos se torcieron, me metieron a la regadera y vomité más de tres veces mientras Rocío me acariciaba la espalda. Sentí su amor, ese que sólo una hermana puede darte.
Los dolores empeoraron y mi histeria también, el dolor jugaba con mi mente, mi actitud se fue por la ventana de mi departamento y me declaré incapacitada para levantarme de la cama mientras mi indemnización se consumía con pastillas y citas con diferentes doctores hasta que volví con el más rudo de todos, el que me había sacado hacía diez años de algo que no quiero hablar.
Volví a sentarme en su sillón diez años después, buscando en él algún tipo de esperanza que gracias al cielo recibí. «Tú y yo sabemos lo fuerte que eres Lucía». Sus palabras acompañadas de los recuerdos de una década atrás me comprobaron aquella afirmación y regresé a intentar rehacer mi vida. Pero no era la misma, y sé que tampoco quiero lo mismo para siempre, que evolucionamos y que hay baches en el camino, es sólo que aún no entendía nada y el dolor seguía y sigue atrapado en mi cuerpo, ese al que con o sin el dolor más intenso no le reprocho nada, sólo le estoy agradecida.
Encontré refugio en mi café favorito y les conté a los meseros mi historia, son mis amigos. Ahí fue cuando recibí el mensaje de mi prima. «¿Prima estás bien? Soñé contigo y siento que algo te pasa». Le contesté con groserías que estaba viviendo un infierno y me dijo «Ven a montar, los caballos curan». No tenía otra opción, había que probar cualquier cosa que me devolviera un poco de ánimos para poder ver el panorama diferente.
Cabalgamos. El movimiento de «La Tapatía» me tranquilizaba, me hacía sentir segura y comencé a correr lo más que pude, hasta que llegamos al lago. «¿Quieres pasarlo?» Me dijo y yo sentía tanta confianza en mí y en mi conexión con esa yegua que me eché al agua sin pensarlo hasta llegar al otro lado. A veces cuando no tienes nada que perder tienes todo para ganar.
Hay momentos como esos, en que la historia de dolor más terrible se olvida porque sólo te concentras en el agua, en el cielo, en las nubes, en el pastizal y aparecen aquellas aptitudes que siguen dentro de ti y que te muestran un poco de esperanza.
Luego un día de desesperación llegó y hablé a quien más me quiere. «Papá, ven a mi departamento, tengo que decirte algo». Le conté de mi enfermedad, que no sólo era lo del corazón del hospital días anteriores y que necesitaba ayuda. Le lloré y me abrazó mencionando que había bajado mucho de peso. Claro, todo esto incluía la ausencia de apetito y cuando lo intentaba comía y todo se me salía a los diez minutos de la boca y la naríz y era demasiado cansado para mi garganta. Además, era un lujo que no podía permitirme porque entonces no sabía si tenía que volver a tomarme las pastillas, nada baratas por cierto.
Y en medio de ese panorama, migrañas de tres días seguidos y no poder abrir los ojos, dolores en la espalda que me hacían golpearme con la cabeza en la pared, gritos, insomnio y el estómago vacío, encontré en mi desgracia que Lucía no había nacido para esto.
Ser funcional era mi primer paso así que compré todos los Ensures de la farmacia, vitaminas y Gerbers. Y la botella de emulsión de Scott que sigue cerrada, con esa no pude, sabe bien feo. Me permití semanas de reposo hasta que poco a poco llegó la hora de cambiar de velocidad.
A pesar de que mi doctor me había aconsejado no buscar trabajo el trabajo llegó a mí. Tuve varias llamadas y volví a las andadas de reportera, me invitaron a la televisión, el periódico Informador me dio espacio para una columna y continué con el programa de radio que no he dejado desde hace más de tres años. Me da vida ¿saben? Me hace sentirme conectada en el mundo escondida tras el micrófono y expuesta con mis palabras. Esas que en el dolor o en la alegría me salen re bien disculpen la arrogancia.
¡Claro que seguí yendo a cabalgar! A conocer los potrillos nuevos, a ver si tenían agua y mi parte favorita: meterme al establito de los caballos enfermos y acariciarlos y cantarles «una rata vieja» mientras les decía «Te vas a aliviar precioso», «Tus ojitos se van a curar», «Ya sé que te duele la pierna pero vas a ver cómo se te quita pronto…».
Después entré a equinoterapia. La cual recomiendo sólo si no tienes ganas de hacerte menso porque no vas a poder lograrlo. Mañana voy de hecho. Debería estar dormida. Pero el «deber» ya no es algo primordial en mi vida. Lo he cambiado por el «querer».
Poco a poco he descubierto que yo soy la fuente de mis sueños y que ellos no están sobre mí. Dejé de escribir, lo sé. Mis lectores me mandaban mensajes pidiendo que volviera a hacerlo y no me molestaba, al contrario, me consolaba el hecho de saber que si me esperan volvería. Pero esta vez poniendo mi persona primero que cualquier otra cosa. Y hasta que pudiera lograrlo como quiero y no como debo es cuando tendrían otra vez noticias de su escritora favorita disculpen otra vez mi arrogancia.
Y si mis redes sociales no mostraban el dolor o la angustia que estaba pasando es porque eran esos momentos de felicidad los que me hacían subir una foto con una frase graciosa la cual me ponía de buenas. Eran esas fracciones de segundo en los que recuperaba mi humor, mis ganas de brincar, de sonreír en una selfie, o de decir algo que quisiera.
«Te ves feliz» Me comentaban. «Que flaca». Les leía. «Si supieran» me contestaba. Pero la verdad de las cosas es que no mentí. Sólo omití lo que quería que fuera sentido sólo por mí o quienes me apoyaron y siguen haciéndolo. A los que puedo despertar a media noche porque tengo dolor, o quienes me sostenían el pelo mientras vomitaba o los que me pseudo obligaban a comer cuando el humor me lo permitía.
Y es que ¿Cómo poder hablar de lo que no se entiende? ¿Cómo plasmar una idea tan incomprensible? No dudo existen casos como los míos, u otras historias de éxito sobre mi mismo padecimiento pero en ambos casos para el único lugar que voltean mis ojos es para adentro. ¿Qué veo? Que tengo que vivir un día a la vez, que mis oídos son sordos a lo que ya no es primordial, que no necesito concentrarme para hacer conciencia de que sigo viva y que mientras eso esté sucediendo me doy ahora por bien servida, baile o no mi arteria consentida.
¿Que si busco una vida mejor? No deseo cambiar lo que ahora estoy pasando. Por alguna extraña razón es una pieza de un rompecabezas que embona para poder hacer lo que muchas veces tuve que hacer y no hice: No darme la espalda.
Ahora puedo decir que no sólo conozco la paz y la plenitud cuando las cosas salen bien. Hoy puedo afirmar que las circunstancias pueden ocurrir pero no definirte completamente. Y que la paz se siente también en estos días de duelo. ¿Así que estoy bien? No lo sé, tendrán que preguntármelo cada día. A veces cada hora, pero ¿Qué no la vida es así? El presente es lo único que cuenta y en el único instante en el que podemos ser prioridad, podemos amarnos, podemos amar…
Y sí, hay días que me da coraje y corto el jitomate con más fuerza y hago berrinches emocionales. Pero he sido berrinchuda toda mi vida así que no es parte de mi enfermedad. Siempre he luchado por estar mejor y ese es mi motor y mi punto de alcance en este camino en perspectiva y si hago berrinches es porque busco una manera de desahogarme, otra cosa que debía permitirme más seguido.
Confirmo que tengo la capacidad de reinventarme, las células de mi piel constantemente se regeneran, tengo la fuerza, tengo las ganas, la voluntad, encontraré la manera de salirme con la mía, ya verán, pero lo más importante es que lo veré y lo viviré yo.
Y lo verán ustedes también, hay Lucía la de Flor para rato… de hecho tal vez hay más ya que ahora que cuidarme es mi prioridad podré compartirme de una mejor manera.
Más info sobre fibromialgia aquí:
http://redpacientes.com/social/posts/view/15426/9540
30 comentarios
#admirablelucía
Te sigo desde el 2012, no sabes, coincidir con tus Güeros días cada mañana cuando lo hacías era alimento para el alma… y es que se siente liberador que alguien sea capaz de proyectar en letras lo que uno siente y no puede explicar.
Soy tu fan desde que te encontré, tengo una foto contigo y me juro mil, jaja. Eres mi inspiración al igual que tú estudio comunicación y sin que suene loco aveces imagino mi vida como la tuya… espero la vida me bendiga tanto cómo a ti. DTB.
#QueridaLucia es impresionante como una simple visita al doctor te puede poner el mundo de cabeza y cambiar la vida, pero justo así es ella nunca te deja en tu zona de confort y te pone los retos que sabe puedes cumplir, gracias por compartir este momento y dejarnos ver (más allá de una selfie) lado «frágil «de Lucía, ya de que de frágil no tienes ni el pelo! Gracias a la vida por darte este nuevo reto y con el nuevas experiencias, nuevas aventuras y muchas personas que esperan para leerte
#QueridaMara tienes todo to comentario lleno de razón, seguiré compartiendo mis nuevas aventuras como tú dices porque ya estaba cansada de no escribir y además estoy estrenando ipad… Jajaja perdón que te presuma pero es la primera que le digo y el primer comentario que contesto desde aquí y estoy toda emocionada.
#QueridaLucia hasta ahora me di oportunidad de leer tu escrito sobre la Fibromialgia porque en realidad me daba angustia hacerlo, ¿Cómo a una mujer tan alegre le pasa esto?, ¿Desde cuándo?, ¿Sería reciente?. Por ahí leí que a veces platicar con personas que pasan lo mismo que tu ayuda a mejorar y ayuda mucho, te dejo el instagram de una amiga que fue diagnosticada con lo mismo que tú @moranmariana y mi primo Rafa es cardiólogo, muy bueno, si algún día lo necesitas avísame. Te mando buena vibra!!
#QueridaDenis
Gracias por decirme de tu hermana y tu primo, tus preguntas también me las hice pero más allá que preguntas tengo respuestas: Necesité priorizarme y no lo hice, todo empieza por desayunar, por no querer comerme el mundo a bocados grandes, por entender la belleza de los pequeños detalles y no permitir que el estrés domine mis días felices. Pero no te preocupes que ando con todas las pilas para vivir esta etapa. Te mando un abrazo tan gigante que sientas felicidad toda la semana… es más, todo el mes.
Lucía.
#QueridaLucia Que orgullosa nos sentimos tus lectoras, te mando un beso desde la ya ahora CDMX. Eres una chingona y puedes con esto!
#QueridaKaren las porras de mis lectores me han hecho sentirme más cerca de ustedes, aprender a recibir amor de ustedes fue un reto de mi parte, a veces uno se siente superman pero la verdad es que todos necesitamos de todos y ahora que necesitaba un «tú puedes» «ánimo» tú me lo diste y eso es el principio de una conexión con ustedes que me hace sentir más cerca de quien lee mis letras.
Gracias… viva la CDMX
Besos…
Lucía
#QueridaLucia
Sufro de fibromialgiabhace 6 años. Comprendo perfectamente tu dolor. No hay palabras para describirlo no siquiera anunciarlo. Hay días en que puedo reinventarme. Otros días no siquiera me reconozco. Sólo puedo decir que te entiendo……… nada más.
#QueridaAurora primero que nada ¡Qué bonito nombre! Eres la luz que aparece ANTES de la salida del sol. ¿No es eso algo maravilloso? En el significado de tu nombre radica mucho de tu fortaleza. Mencionas una palabra mágica, reinventarte. No digas que no puedes incluso si no puedes, entiendo cuando lo dices yo también a veces en mi cama pienso lo mismo y me tiro a dormir. Pero la próxima vez que me pase voy a pensar en la luz que sale antes del sol, en ti, y por ti voy a intentar levantarme… y como mi nombre también significa luz ¿Podrías hacerlo tú también? Deal?
Besos grandes, cuando dices que me entiendes me alivias el dolor de hombros. A veces es lo único que necesitamos los que tenemos esta enfermedad, un poco de comprensión.
Te quiero.
Lucía.
#QueridaLucia
Super inspiradora, te tengo en fb por azares del destino yo creo jajaj, y vi tu post y lo pase de largo, algo me hizo regresarme y abrirlo y leerlo, no llore pq estoy en mi trabajo, pero ganas no me faltaron, quiza por la fortaleza que tienes y que a muchos nos falta, esas ganas de vivir la vida y de no derrumbarte, eres de admirar y contagias esas ganas de vivir intensamente, ojala no se me olvide tu ejemplo y pueda vivir como quiero no como debo!! gracias.
#QueridaAdi primero que nada BIEN POR LEERME EN LA OFICINA. Uno necesita sus momentos incluso dentro del trabajo. Gracias por hablar de fortaleza, sabes, cuando alguien habla de algo es porque lo tiene… así que no me lo vas a creer pero ESTÁS LLENA DE FORTALEZA. ¿LA SIENTES? ACUÉRDATE DE TODOS ESOS MOMENTOS DONDE TU FORTALEZA SALIÓ A FLOTE Y POR ESO ERES QUIEN ERES. Así que cuando leí que decías que «a muchos nos hace falta» a ti no creo preciosa. Te tengo tarea… haz una lista de todo lo que eres, no lo que tienes, y pon en número uno fortaleza, pon diez, cuando las tengas ponlas en un lugar donde puedas verlas en el trabajo y ríe mil y acuérdate de mí cada que las veas. Será nuestro secreto de París aunque esto se publica jajajaaja.
Besos Adi…
Lucía.
PD. Pusé súper mal mi mail, ¿aún así se te envían mis comentatios? Me comí una letra Mi mail es montse.le89@gmail.com
Claro que me llegó mi Montse querida pero es que no había sabido cómo se contestan jajaja.
#QueridaLucia, solo quiero decir que te deso mucha fuerza, mucha luz y mucha energia positiva!! con esa actitud no dudo que saldras adelante, y haces muy bien en hablar y en expresarlo de la manera que lo haces. Animooo todo va a salir excelente.
#QueridaPaty no vas a creer el poder que tienen las palabras de quien me desea cosas bonitas. Sí me llega esa luz que me mandan y se siente bien bonito recibirla. A veces cuesta trabajo recibir porque hacerlo implica luchar con el «claro que merezco recibir eso y más» es algo difícil de vivir, a mí me ha costado mucho trabajo recibir y estoy trabajando en ello y hoy tú me ayudaste.
GRACIAS
TE MANDO TODA ESA BUENA VIBRA DE VUELTA
QUE GIRE, QUE GIRE JAJAJAJ
BESOS
Lucía.
#QueridaLucia hace mucho que te sigo y te leo es difícil saber cómo alguien que te da fuerza y ejemplo para seguir también se derrumba como alguna vez también lo escribiste !! Eres tan terral como muchos
Te deseo toda la recuperación más tranquila y amorosa que pueda aceptando y llevando cada día ..
Aún sin conocernos físicamente te quiero te admiro soy una lectora más que va de tu mano Dios te bendiga te mando un abrazo
#QueridaBetty TE JURO QUE QUERÍA GRITAR DESDE EL DÍA UNO EN TWITTER QUE ESTABA ENFERMA, QUE ME SENTÍA DE LA FREGADA, QUE NO SIEMPRE TENGO LUZ PARA DAR, QUE NECESITO AMOR, QUE ESTABA DESESPERADA, QUE MUCHAS VECES YO NO SÉ EL CAMINO Y QUE COMO DICES, SOY TAN TERRENAL COMO CUALQUIERA, HASTA KATE MIDDELTON JAJAJAAJJA. Y tuve y estoy pasando un camino de comprender qué es esto y con qué se come jajajajaja, pero si de algo estoy segura es que amo más mi vida de lo que odio mi dolor… no es odio es como berrinche… ya se pasará amiga mía. No dejes de leerme.
Lucía.
…definitivamente todos queremos Lucía para rato, más bien ratote.
Puede sonar trillado, pero lo digo de corazón, cuentas conmigo para cualquier cosa que necesites, porque aunque no hemos tenido muchar charlas, además de ser mi escritora favorita, te considero un amiga, esas de las que la vida pone en tu camino por algo.
Te quiere y te admira.
Montse Ledesma.
…creo firmemente que ella es la persona que ama la vida más que nadie, y la forma en la que escribe respalda mi argumento, me parece increíble que un relato que tiene plasmadas situaciones de vida tan complicadas, termine pareciendo otra historia más con un final feliz, pero eso s debe a que la protagonista es feliz, feliz pase lo que pase.
Gracias Lucía, por todas las cosas que nos has dado a tus lectores, espero que nunca pierdas todo eso que te caracteriza…
…y al principio sentí un poco de tristeza por leer todo lo que viviste, como se te juntaron todas las cosas. Sin embargo, ahorita que escribo esto, quiero que sepas que ya no es tristeza lo que siento, en este preciso momento en el que estoy tecleando la ‘l’ y la ‘a’ siento mucha admiración por ti, porque siempre hay algo nuevo que aprenderle a Lucía la de Flor. Para mi ella (tú) es una heroína mucho más valiente que esas de los comics y de las películas que están de moda…
… No hemos vuelto a hablar, miento sí, una ocación en fb chat en la que tuviste la confianza de contarme algo tuyo muy personal, no lo voy a mencionar. Sin embargo, desde ese entonces siempre estoy al pendiente de ti en la redes sociales, pos oye eres mi escritora favorita, claro que puedo. Ya había notado que estabas pasando por muchos cambios, lo que nunca imaginé es todo esto de lo que acabo de enterarme por el escrito de arriba. Confieso que estoy un poco sorprendida…
… Corazoncito. Admito que en ese momento lo dudé, (no que estuvieras haciendo esas visitas), dudé con todas mis fuerzas que tú pudieras estar enfermita de cualquier cosa, porque la Lucía que yo tenía frente a mi, era una Lucía llena de vida, o tal vez más que eso, una Lucía que se había enamorado de la vida y no sabía si decircelo o esperar a que ella se lo dijera primero (sí, me robo ahorita un poquito tus palabras), así que en definitiva repito dudé.
Han pasado los años y directamente…
#QueridaLucia Tal vez mucho no me recuerdes, pero te aseguro que yo a ti si, mucho y siempre. Estoy sumamente conmovida por el relato que e acabas de compertir con los que te tenemos #1 del Top de escritoras favoritas. Solamente nos hemos encontrado dos veces, una en Querétaro y la segunda en Guadalajara. En esa segunda ocación (hace unos añitos ya), recuerdo perfectamente que me contaste que estabas yendo al doctor y que tenías que hacerte estudios porque podría haber algo mal con tu…
¡CÓMO TE ATREVES A DECIR QUE NO ME ACUERDO DE TI! Desde Querétaro… ¿Te acuerdas de mi «conferencia»? Eran mis primeras veces hablando en público y sentía miradas de muchas personas de «¿Y esta de dónde salió?» jajajajajajaajajajja y sin embargo tú te regresaste de no sé dónde corriendo «grapidísimo» para llegar y nos tomamos una foto con tu amiga ¿Te acuerdas? Y luego comimos en Guadalajara. Y recuerdo que te dije de los estudios… pues sí era fibromialgia y no sabía, de hecho ese día creo que te dije que me sentía mal. También nos tomamos una foto… no me olvido de ti no lo vuelvas a decir.
Te mando un abrazo gigante Montse… gracias por estar conmigo desde el principio.
Tu Lucía.
#QueridaLucía estoy sorprendida luego de leerte. Te leo desde hace ya muchos años, y gracias a eso te considero «mi amiga virtual» ya que tú nos compartes tu vida con mucha transparencia. No es mentira cuando digo que te llevo en mis oraciones y sé que en situaciones difíciles es complicado tener fe pero confío en que Dios de alguna manera está obrando en ti, al final son las adversidades de las cuales salimos airosos lo que nos hacen ser quienes somos. Lee el Salmo 22. Besos desde Campeche
Hoy antes de dormir leeré el salmo 22 pensando en mi amiga virtual que me quiere de Campeche (en vez de de París ajaja). Sí recuerdo que nos hemos escrito y que has estado conmigo desde hace UUUUUUUUUUUUUUUUU….. te mando muchísimo amor porque al leerte sentí que hiciste lo mismo y es lo menos que puedo hacer. Te prometo que voy a hacer todo lo que está en mis manos para vivir esta etapa de la mejor manera y sobre todo estoy contenta que regresé al mundo de las letras y la interacción con mis lectores y ahora más moderna con esta página… me facilita todo jaja. Así no se me van los comentarios.
TE MANDO UN ABRAZO POR CADA DÍA QUE LLEVAMOS SIENDO AMIGAS VIRTUALES
Lucía.
#QueridaLucia Gracias por compatir; como tu cojeo del mismo pie, y como tu amo la vida y lo que hago. Tomé la decisión de VIVIR sin miedo al dolor o a lo que venga. Hay días buenos y otros que no lo son tanto… pero todos son bendiciones!!
#QueridaAna tengo una hermana que se llama Ana y es de las personas que más admiro en el planeta. Ella perdió a su esposo hace unos años y se reinventó y ahora es una mujer feliz, sigue igual de hermosa con esos ojos verdes con pestañas grandes y sigue siendo esa mujer dispuesta a enfrentar la vida con una sonrisa… creo que se parecen… ¿Qué dices?
Te mando bendiciones
Lucía.
#QueridaLucia
Que bueno que volviste, ya extrañaba leerte, me identifico tanto contigo, pensé que solo a mi me pasaban todas esa experiencias, se menos que tu de mi misma, ojala algún día llegue a conocerme y a quererme mas como tu lo has hecho. Yo también tengo una enfermedad que se llama Erdheim Chester me diagnosticaron hace tres años, y sabes me movió todo mi mundo, pero eso nos hace mas fuertes aunque tu y yo sabemos que somos vulnerables, animo Lucia y gracias por volver!!!
#QueridaAdriana no conozco esa enfermedad pero como dices, mueve todo tu piso y te hace reflexionar sobre lo que verdaderamente importa. ¿Sabes un dato curioso? Dices que esperas algún día amarte y a conocerte y quererte como yo lo he hecho, y se me figura que andamos las dos por el mismo camino. Desearlo es estarlo haciendo. Saberte vulnerable es parte de tu autoconocimiento… sabes más de ti de lo que crees que sabes te lo aseguro.
Te mando mucho amor, ese que me mandaste entre letras.
Lucía.