Te quise Marcos, con todo y la penitencia…y en este amor, no por no encontrarle lógica, deja de serlo…
Que bonita esa tarde ¿Verdad? No la pasamos más que bien, ¿Verdad? ¿Te acuerdas del arbolote que buena sombra hacía? ¿Verdad que sí? No sé que me pasa que no puedo olvidarme de aquella tardecita.
¿Me querías verdad? Sí creo que me querías, bueno no sé, aquel día podía haberlo jurado. ¿Qué nos pasó? ¿A dónde emigran los sentimientos? Seguro al mundo subalterno de los calcetines impares.
Si pudiera volver el tiempo sería a aquel día, sin hacer nada, descansando en el pasto al lado del lago con el sauce llorón. (Si así se le llama por despedir unas cuantas chispitas de las ramas, y yo fuera árbol, sería el sauce chillón).
Sí, lloré por ti, obvio, ¿Cómo no iba a costarme trabajo arrancar de golpe lo que teníamos a manos llenas? Que lindo me besabas, me acuerdo que me besabas lentecito, como si el tiempo se extendiera, nunca fuiste avorazado, te gustaba sentir esa conexión por más tiempo y yo abría los ojos y de pronto sentía que lo que tenía frente a mí era para siempre… ¿Cómo es que es uno tan tonta?
No te culpo a ti, me culpo a mí por pensar que en la vida al menos algo sí era para siempre… pero nada lo es ¿Verdad? ¿Tú que piensas? ¿Piensas en mí? ¿Alguna vez pensarás en mí? Hay que tonta otra vez, claro que no has de estar pensando en mí y yo y mi estúpida memoria que me permite capturar hasta las lucecitas que se hacían cuando las pequeñas olas del lago se mecían y se chocaban con los rayos del sol.
¿Qué voy a hacer con mi memoria? Mi cruz y mi placer.
¿Qué a caso el amor y el sufrimiento van de la mano como la noche y el día o se puede sólo tener la parte buena de las cosas? Tal parece que hay que aceptar los paquetes completos y yo, y yo Marcos, te juro que te amé enterito.
Amé ese día más sin duda que muchos otros que tú y yo sabemos pero de que te ame todo, te amé todo. ¿Se puede querer los tacos de la fonda con esa salsita diabla que castigaba después y amarlos a la mañana cuando el estómago vive la penitencia? Dirán que no pero yo sabía, cuando los pedía con doble salsa, lo que conllevaría y me valía dos cominos y medio, porque los quería, así te quise a ti Marquitos, así, con todas mis fuerzas, enchilada, ardida, necesitada de más… te quise con todo y la penitencia.
¿Qué está mal querer de más? ¿Dónde fue que mi mamá leyó eso que nunca dejó de repetírmelo? “Hay Camila” Me decía “Ahí vas otra vez…” Dios, no sé dónde tengo la cabeza pero en este amor, no por no encontrarle lógica deja de serlo ¿O tu qué piensas Marcos? ¿Verdad que sí?
¿Qué habrá sido de tus ojos todos estos años? Las cosas que no habrán visto… yo los tuve tan cerquita cuando te los veía cerraditos mientras me besabas en cámara lenta. ¿Cuántas mujeres no habrán sentido el placer de un beso como ese?
Parecía que lo disfrutabas tanto pero nunca creo que más de lo que alguien podría disfrutar acercar los labios junto a los tuyos y sentir esa magia, también, tuya. ¿Qué pasó contigo?
Terminamos tan de pronto que no tuve tiempo de comprar ni el resistol para pegar el corazón de nuevo, pero de nada hubiera servido, se hizo morusasMarco. Polvo que se lo llevó el viento tan rápido como la vida te llevó a ti. ¿Honduras? ¿Será que sí te fuiste a Honduras? Es triste perderte la pista tan trágicamente… ¿Será que lo lograste? ¿Pudiste ser todo lo que querías?
Marcos, sólo sé de todo esto que en mi educación escasa y mis ojos programados para sólo verte a ti me perdí de las cosas buenas de la vida como decía mi mamá. Pero si hay algo más bueno que estar sentada contigo bajo el sauce, mi corazón hubiera explotado y habría muerto de inmediato.
¿Qué sabía mi mamá de ese profundo amor si nunca se besaron mi padres así de lentito como tú y yo?
Hay Marco tan sólo de tocarme la boca puedo revivir tantas cosas… Que tristeza que en la vida uno pueda viajar a todos lados menos a través del tiempo. Si hubiera podido por rompimiento a las reglas del cosmos, habría decidido viajar a aquel campo al lado del lago… eso a vivir un presente en qué se yo, Honduras o donde estuvieras… porque para mí el pasado fue tan perfecto que ningún presente lo hubiera podido superar.
Y así, amando a mi memoria por ello en vez de odiarla, te beso en mi recorrido por la mente donde algún día me quisiste y el amor obligó a nuestras almas a estar juntitas. Lo que pasó después será mi razón por la que odie a lo que amo: a mi memoria. Pero como ya te dije, en lo que respecto a ti, te quise como lo hace quien quiere bien: completito.
2 comentarios
#QueridaLucia Hace muchísimo tiempo que no te leía.
Ahora estoy siguiendo día a día tus historias porque me encanta tu Luquitas y cómo esta viviendo esta etapa tan tuya y solo tuya que como defiendes.
Me dio muchísima nostalgia leer «Completito». El mio fue un David, hace unos 4 o 5 años. Lloré y lloré y lloré. Hasta que la neta me lo saqué con otro clavo. Un clavo que aun conservo a mi lado, que me vuelve loca con su ternura, su cuidado y su amor. Ya no amo a David, pero cómo me acuerdodeél.
Hermosa gracias por leerme, todos tenemos un amor completito verdad? Me encantó que me escribiste por aquí, seguiré escribiendo más seguido te mando mil amor. Ten una semana IN CRE I BLE